domingo, 11 de noviembre de 2012

Crítica de: Diario de una ninfómana

Breve ficha:

Título original: Diario de una ninfómana

Título en castellano: Diario de una ninfómana

Año: 2008

País: España

Dirección: 
Christian Molina

Guión: 
Cuca Canals (Novela: Valérie Tasso)

Reparto: 
Belén Fabra (Val) Leonardo Sbaraglia (Jaime) Llum Barrera (Sonia)

Vista en: Versión original


Breve Sinopsis (Extraída de la web www.filmaffinity.com): Val tiene 28 años, estudios universitarios, un gran atractivo y una cómoda posición económica. Es además una mujer muy liberada que busca constantemente nuevas experiencias para saciar su curiosidad sexual. Se acuesta con quien quiere y cuando quiere. Este modo de vida le crea numerosos problemas con los hombres, con su trabajo y con sus amigos. Todo ello, unido a la muerte de su abuela, provoca un punto de inflexión en su vida. Tras ser despedida, conoce a Jaime, un hombre del que se enamora perdidamente. Con él vive un apasionado idilio lleno de altibajos hasta que la relación se rompe de manera traumática. Val, desesperada, está a punto de acabar con su vida: se siente infinitamente solamente sola, tiene muchas deudas que saldar y ha perdido la autoestima. Decide entonces dedicarse a la prostitución de lujo. Al principio se siente completamente satisfecha: da rienda suelta a todas sus fantasías sexuales y, además, gana una gran cantidad de dinero. Pero pronto descubre la cara más sórdida de la prostitución.

Crítica: Podríamos dividir la película en tres partes bien diferenciadas: En la primera el realizador nos describe como es la protagonista, como actúa y como vive, empleando en exceso la voz en off, además con un toque erótico que se escapa de lo que vemos (situaciones que dejan ver que Val practica sin ton ni son sexo explícito muy alejado del amor y la experiencia corporal que nos narra) esa voz que derrocha ternura hace que la primera parte parezca una farsa o un film centrado exclusivamente en un público femenino, pero lo cierto es que con la entrada del personaje interpretado por Sbaraglia (con muchos altibajos, momentos conmovedores y otros en la que su actuación parece una farsa) la película remonta, centrándose en el drama que surge entre ellos, que tiene momentos de tensión que el director sabe plasmar con efectividad, y que desembocan en una tercera parte bastante eficiente y con un toque sórdido que aunque no llega a conmover, hace que el espectador pueda llegar a estremecerse. Fabra se defiende, aunque su interpretación no es del todo buena, de hecho salvo Ángela Molina el resto del reparto esta más bien flojito. El desarrollo de los acontecimientos llega a tener momentos bastante efectivos, 
o cierto es que a pesar de que no esperaba nada de la película, me he llevado una sorpresa grata con la película.

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