martes, 23 de abril de 2013

Crítica de: Todas las canciones hablan de mí.

Breve ficha:

Título original: Todas las canciones hablan de mí

Título en castellano:  Todas las canciones hablan de mí

Año: 2010


País: España

Dirección: Jonás Trueba

Guion: Jonás Trueba, Daniel Rodríguez Gascón

Reparto: Oriol Vila (Ramiro) Bárbara Lennie (Andrea) Ramon Fontserè (Luismi) Bruno Bergonzini (Lucas)

Vista en: Versión original.


Breve Sinopsis (Extraída de la web www.filmaffinity.com): Película que gira en torno al tema del amor, pero esta vez bajo la premisa de un chico que trata de olvidar a chica, en una historia bastante más difícil de sobrellevar, sobre todo cuando la chica de la que te acabas de separar vuelve una y otra vez en cada uno de los recuerdos de tu vida pasada y tienes la sensación, como dice Jonás, que "todas las canciones de amor hablan de ti"


Crítica: Tal vez ha sido la nostalgia, o tal vez no haber conseguido olvidar, o tal vez es, como dice la maravillosa canción de Bola de nieve, que me duelen todavía las heridas de su amor. Tal vez vivir una historia similar a la de Ramiro hace que una gran cantidad de sentimientos contradictorios, de amor y de odio, de celos y de esperanza, de alegría y de recuerdo, de autoengaños o de poner tierra de por medio para olvidar hacen ver esta cinta desde otra perspectiva. Hace un par de años me pareció brillante, pero ahora me parece sublime, salvaje, una obra maestra. Pocas veces creo que se ha reflejado en el cine, o al menos en el cine español, como se siente una pareja que acaba de dejarlo, como se mezclan tantas cosas, como se complica todo. La cinta es cierto que puede derrochar en mucho momento lírica que suena a paja de relleno, o incluso que puede parecer pedante a ojos de muchos espectadores, pero la química que hay entre ambos actores, la manera tan fácil de transmitir sentimientos tan difíciles y complejos son la baza que engrandece de manera notoria a la ópera prima de Jonás Trueba. La cinta se divide en capítulos, siendo el primero (momentazo en el portal, cuando entra la música tras el desliz) y el último sublimes, teniendo entre medias capítulos de transición que ayudan mucho más a mostrar en camino que sigue Ramiro para intentar olvidar y empezar de nuevo (brutal cuando habla con su antigua compañera de carrera y al mencionarle a Andrea, ésta, interpretada por Lennie, aparece justo a su lado, una manera muy veraz de ejemplificar como te viene a la mente una persona a la que has amado cuando te la recuerdan, y como la tienes ahí perenne, aunque te autoengañes y engañes a la gente diciendo que la has olvidado, y todo esto previo al paseo antes de llegar al parque, en el que Ramiro se miente así mismo intentando mostrar que Andrea no era para él, y en el que volvemos a ver a Lennie a su lado, sabiendo que él miente, que él se engaña, y que no está haciendo otra cosa que usar un placebo para parchear sus heridas). Tal vez el personaje que interpreta Miriam Giovanelli está metido un poco con calzador, y puede que la película casi al final hubiese tenido un poco más de ritmo con un uso menor de este, cosa que no le falta, y eso que se abusa de los planos largos y de los planos secuencia, lo que hace que este producto tenga una atmósfera mágica, con una cuidada puesta en escena, una bella escenografía, y unas interpretaciones muy veraces, divertidas y entrañables. Muy buena banda sonora, y muy buen final, magnífico, maravilloso.  Solo puedo recomendarla, sobre todo si tuvisteis pareja larga y la relación se terminó, y solo puedo darle las gracias a Jonás Trueba por enseñarme, como yo sospechaba, que todas las canciones hablan de mí.

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